Frisón
Una raza proveniente de Holanda, con los estándares de la KFPS
(Koninklijke Friesch Paarden-Stamboek)
HISTORIA
El caballo frisón es una raza que se originó en la región de Frisia, en los Países Bajos. Su historia se remonta a más de mil años.
El majestuoso caballo frisón, conocido por su impresionante porte y versatilidad, logró alcanzar un notable nivel de reconocimiento en Europa, destacándose en diversas disciplinas como corcel de batalla, caballo de doma, de tiro y de trote. Durante el siglo XVII, la Edad de Oro de los Países Bajos coincidió con el apogeo de esta magnífica raza. Su popularidad fue especialmente palpable entre los oficiales militares de la nobleza, así como en las prestigiosas escuelas de equitación de las cortes europeas, donde la alta doma se había convertido en una moda imperante.
El caballo frisón, conocido por su elegancia y fuerza, ha dejado una huella significativa en la historia, especialmente en el ámbito militar. La representación de Phryso, el corcel de Don Juan de Austria, refleja el estatus de esta raza. Sin embargo, con el avance de la infantería y las armas de fuego, el papel del frisón en el combate comenzó a desvanecerse, marcando una transformación en las tácticas militares y en el uso de los caballos.
Así que había que encontrar nuevos usos para la caballería y el caballo Frison. De esta manera los caballos frisones se destacaron como caballos de tiro y trote, convirtiéndose populares en las carreras de trote en Frisia, a su vez a los frisios les gustaba ir al servicio del domingo con un “sjees” tirado por un frisón de buen aspecto como muestra de su riqueza y orgullo.
Durante la Revolución Industrial del siglo XIX, la agricultura y la industria crecieron, generando un sentimiento de orgullo comunitario y haciendo que los frisones se volvieran de moda entre la nobleza y campesinos. Sin embargo, este tipo más ligero de frisón fue gradualmente desplazado en el norte de los Países Bajos por razas más corpulentas y la llegada del automóvil. Los caballos de exhibición danzantes resultaron inadecuados para el trabajo agrícola, mientras el vehículo autónomo ganó atractivo entre quienes podían permitírselo. Dando como resultado la segunda crisis de el caballo Frison hasta que en 1879, un grupo de terratenientes y agricultores frisios fundó en la taberna “De drie Romers” en Roordahuizum (Reduzum) la asociación (Friesch Paarden-Stamboek (Libro genealógico del caballo frisón) . Se trataba del primer libro genealógico de caballos neerlandeses y de la única raza autóctona de caballos de los Países Bajos. Un factor importante fue que el caballo frisón, al igual que el ganado frisón, se había convertido en un símbolo de orgullo e identidad frisia, que era necesario preservar. A partir de ese momento, la raza frisona se convirtió en una realidad y En 1954, 75 años después de su fundación, la asociación obtuvo el estatus real y se transformó en la Koninklijke Vereniging ‘Het Friesch Paarden-Stamboek’ (la Real Sociedad del Libro Genealógico del Caballo Frisón) La KFPS quien es la asociación encargada promover el frisón como caballo deportivo y recreativo, criar un caballo con clase, un caballo que fuera apto para el deporte y el ocio, delante del carruaje y bajo la silla de montar. Esta vez para un público más amplio que la aristocracia y las clases ricas de siglos atrás.
ACTUALIDAD
El caballo insignia de Frisia, con su mentalidad trabajadora y su personalidad sencilla, se ha convertido en una de las razas más solicitadas y multifuncionales del mundo, ya que la raza frisona ha sabido adaptarse una y otra vez a todo lo que la humanidad esperaba de ella; ya fuera para la guerra, montar bajo la silla, delante del carruaje, trotar en carreras, trabajar en la agricultura o para ser utilizada en deportes de equitación y conducción, en exhibiciones y en actividades recreativas, el caballo frisón siempre ha sabido recuperarse. Gracias a su aspecto orgulloso, su color negro azabache, su abundante plumaje, su cabeza noble, su cuello erguido y ligeramente arqueado, su elegante constitución con una alzada de más de 1,60 a la cruz y sus pasos elevados, el caballo frisón es un deleite para la vista. Su inteligencia y actitud diligente, combinadas con su personalidad tranquila y bondadosa, lo convierten en un fiel compañero para el deporte y la recreación, estando presente en más de cien países y con más de once mil miembros registrados en la asociación KFPS.